Pasado mañana inicia el “mes de la Patria”, particularmente significativo por ser el bicentenario del comienzo de la lucha de independencia. 200 años han pasado desde entonces y las preguntas son ¿qué podemos festejar?, ¿realmente estamos para festejar? México se encuentra en uno de los momentos más difíciles de su historia independiente, asolado por la violencia asociada al crimen organizado y a la delincuencia común y corriente y con una economía que sigue mostrando un desempeño mediocre, con bajas tasas de crecimiento económico y con muy poca expansión del empleo formal y perdiendo posiciones en el mundo frente a otros países que siguen avanzando. A pesar de ello, ¿sería, como dijo el Secretario de Educación Alonso Lujambio, una mezquindad no celebrar el bicentenario?
Pasado mañana inicia también el periodo ordinario del Congreso de la Unión, uno que debería ser aprovechado para avanzar en las reformas estructurales que se requieren para que el país vuelva a retomar, después de 30 años, una senda de crecimiento económico alto y sostenido. Sin embargo, si algo hemos observado durante estos últimos días, es la continua descalificación por parte de los partidos políticos de oposición a las diferentes propuestas que el Presidente Calderón ha avanzado en prácticamente cualquier materia, incluyendo las de carácter económico como aquellas en materia de seguridad, como por ejemplo la anunciada esta semana en relación al combate al lavado de dinero. Todo lo que vemos es la lucha entre los partidos y sus representantes en el Congreso para tratar de hacerse de una tajada más grande del presupuesto y tratar de posicionarse para las elecciones estatales del próximo año y, sobretodo, las federales del 2012.
En el Congreso hay ya varias iniciativas que son cruciales y que de aprobarse contribuirían a modernizar la economía, haciéndola más eficiente y productiva, lo que derivaría en mayor crecimiento económico y mayores niveles de bienestar para la población, como son las reformas en materia laboral, de telecomunicaciones y de competencia económica e inclusive la reforma política que permitiría la reelección inmediata de legisladores. Más sin embargo, tal como lo vimos en el anterior periodo ordinario de la actual legislatura, son reformas que ni siquiera reciben la debida atención por parte de los legisladores, bajo el argumento de que no es el momento político adecuado para discutirlas y menos aun aprobarlas, mismo que se utiliza para esconder la verdadera razón que es el que si se aprobaran, significaría la pérdida de rentas para poderosos grupos de interés, como son sindicatos, empresarios que ejercen poder monopólico, la burocracia y los propios líderes de los partidos políticos.
Pasado mañana inicia el mes de la Patria, el mes del bicentenario, y lo más probable es que sea un mes lleno de frustraciones, uno en donde lo que observaremos, además de mucha violencia, es la mezquindad de los partidos políticos, velando por sus propias rentas, mientras el país sigue a la deriva, sin tener las condiciones para despegar hacia un futuro promisorio que signifique mayores niveles de ingreso y de bienestar.
Pasado mañana inicia el mes de la Patria y del bicentenario y nos las pasaremos entre festejos intranscendentes y frustrados porque después de 200 años seguimos siendo un país subdesarrollado, inequitativo en oportunidades y resultados y con mucha pobreza. En fin.
lunes, 30 de agosto de 2010
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