67.56, 74.41 y 82.03. ¿Números ganadores en una lotería? No; es el valor real de 100 pesos nominales, su poder adquisitivo, después de 10 años de inflación anual a tres tasas, 4, 3 y 2% respectivamente.
No cabe duda que uno de los más importantes logros de la política económica, específicamente la política monetaria, ha sido el abatimiento de la inflación a niveles cercanos al 4% anual. Poca gente se acuerda, porque la memoria es corta o porque la mayor parte de la actual población mexicana aun no había nacido, de aquellos álgidos días de la década de los ochenta cuando la economía mexicana atravesaba por uno de los periodos de mayor inestabilidad macroeconómica de la historia. Baste un dato para ilustrarlo: la inflación mensual anualizada que se experimentó en enero de 1988 fue de 538%. En aquellos años la inflación causaba estragos mayores, no solo sobre el poder adquisitivo del ingreso de las familias, sino también sobre otras variables claves como el ahorro en el sistema financiero, el crédito otorgado a las empresas, la inversión por parte de éstas, las tasas de interés, el tipo de cambio, etcétera. Poca gente se acuerda de la destrucción económica que causó la inflación durante las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado. Fueron tan negativos los efectos de la inflación, la peor distorsión que un gobierno puede introducir a la economía, que aun seguimos pagando los costos de esa etapa de inestabilidad que se inició con el gobierno de Echeverría.
Después de varios intentos de estabilización frustrados, particularmente después de la crisis macroeconómica y bancaria de 1995, por fin estamos en un escenario de baja inflación. 4% anual no parece ser mucho, sobre todo tomando en consideración por lo que hemos atravesado, pero como las cifras arriba expuestas señalan, sí existe una notable diferencia entre una inflación de 4% anual y una de 2% anual. En el primero de los casos, 4% anual en 10 años lleva a una inflación acumulada de 48%, mientras una de 2% anual lleva a una acumulada de 21.9%.
¿A qué viene todo esto? Básicamente a dos cosas. Primero, todavía aparecen personajes (empresarios, políticos y hasta uno que otro funcionario público) que expresan que “un poquito de inflación no es tan mala si a cambio se logra un mayor crecimiento”, para de ahí señalar que el Banco de México debería promover el crecimiento económico y hasta sugieren cambiar el artículo 28 de la Constitución para establecer como mandato para el banco central ese objetivo dual de estabilidad y crecimiento. Esto es, sin duda, una auténtica burrada. ¿Cuánto es una inflación moderada? 10% anual implica que en 10 años la inflación acumulada sería de 159% y cada unidad monetaria perdería casi el 60% de su poder adquisitivo. Más aun, parece que todavía no les queda claro que la mejor contribución que un banco central puede hacer al crecimiento de una economía es mantener la estabilidad de precios.
La segunda razón de lo anteriormente señalado es que después de varios años en los cuales la inflación ha rondado el 4%, ya es tiempo de que el Banco de México revise su meta de inflación hacia una de 2% anual, siendo este el porcentaje que efectivamente implicaría la estabilidad de precios. 4% anual, aunque en un solo año no parece mucho, a la larga resulta ser en una inflación acumulada significativa e inaceptable.
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