Nuestros legisladores son para dar pena y bastan dos ejemplos para confirmarlo. El primero es la reforma que se aprobó en la Cámara de Diputados a la Ley General de Salud para prohibir la venta de “comida chatarra” en las escuelas y que los niños destinaran 30 minutos diarios dentro del horario escolar a hacer ejercicio. El segundo fue la decisión que tomó el Senado de la República de no aprobar un punto de acuerdo exigiendo que el gobierno de Cuba respete los derechos humanos en la isla.
Respecto del primero, que en las escuelas no se venda “comida chatarra” está bien; siempre será deseable que la población tenga una alimentación sana y balanceada. El problema es la definición de “comida chatarra”. Además de los que se consideran tradicionalmente como “chatarra”, como son los refrescos, dulces y botanas, hay otros que no está claro si deban considerarse así. Por ejemplo, ¿la tradicional torta es “comida chatarra”? o ¿qué hay de las quesadillas fritas en un aceite que se ha utilizado varias veces? Dudas que la Secretaría de Salud deberá resolver. Y luego de esta clasificación entre lo que es y no “chatarra”, ¿quién va a ejercer las labores de vigilancia en las escuelas? Y otro punto relevante; afuera de prácticamente todas las escuelas gubernamentales se instalan puestos callejeros de “comida chatarra”. ¿Alguien los va a controlar? ¿impedirán las autoridades (¿cuáles?) que se instalen? Más dudas.
Si lo de la alimentación genera dudas, lo que no tiene el menor sentido es el mandato legal para que los niños hagan ejercicio 30 minutos diarios en los planteles escolares y dentro del horario escolar. Tres puntos. Primero, si de por sí los niños van a la escuela poco tiempo (4 horas y media), recibiendo una educación que deja mucho que desear, quitarles media hora de clases para que hagan ejercicio empeorará significativamente su capital humano. Ampliar el horario es imposible por la oposición del Sindicato.
Segundo, los maestros no están capacitados para impartir educación física de manera ordenada y no existen el país los suficientes individuos que sí estén capacitados, más el hecho de que no existen los recursos presupuestales para contratarlos en caso de que sí los hubiese.
Y tercero, casi 70% de las escuelas gubernamentales no tienen un patio. ¿Dónde harían ejercicio los niños?, ¿en el salón de clases? ¿Y qué hay de que 25% de las escuelas del país no tiene agua potable ni servicios sanitarios?
¡Qué ridículo hicieron los diputados!
Y en el Senado. Lo que hicieron los Senadores del PRI, PT y Convergencia es inmoral. Al no aprobar el punto de acuerdo para exigir que el gobierno cubano respete los derechos humanos de la población, lo que efectivamente hicieron fue dar su aval a un gobierno dictatorial, tiránico y asesino. Y que no salgan después los Senadores con que su trabajo es defender la libertad; carecen de autoridad moral para hablar en nombre de la libertad. Son para dar pena.
Y finalmente, en la votación en la Cámara de Diputados faltaron a la sesión del pleno 149 legisladores, mientras que en el Senado faltaron 43. Merecen ser despedidos y que nos regresen nuestros impuestos.
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