Parece anticipado hoy, faltando tres meses para que finalice este año, escribir un artículo con el título arriba señalado. Sin embargo, creo que es un buen ejercicio para señalar algunos aspectos y eventos relevantes e igual, con suerte, algo sensacional pasa en el próximo trimestre. ¿Cómo será recordado este año?
Primero, sin lugar a dudas, será recordado como uno de los años más violentos en la historia reciente de México. La guerra emprendida en contra del crimen organizado, aunque algunos resultados positivos se han obtenido, particularmente la muerte o captura de varios líderes de los cárteles, sigue siendo una guerra que no se puede ganar. El rendimiento esperado de dedicarse a las actividades ilícitas del crimen organizado es tan elevado, que siempre habrá quien sustituya a los que perecen o son arrestados. Más aun, este año será recordado como aquél en que estos cárteles tomaron como blancos legítimos a funcionarios públicos electos, como han sido los casos de los ediles asesinados. Y como consecuencia de todo esto, a lo cual hay que agregar la impunidad con la que se siguen cometiendo los delitos del fuero común, 2010 será recordado como un año en el cual el temor de la población a ser una víctima fue creciente.
Segundo, aunque parezca ridículo pero que al mismo tiempo deja ver mucho de lo que es este país, es que aparentemente al gobierno, por cómo actuó, le cayó de sorpresa el bicentenario del inicio de la independencia. Una total desorganización. Grandes obras que se prometieron para el festejo y no se hicieron, un desfile bonito pero que a la larga es intrascendente y con un final en el que nunca se planteó una visión de Estado de lo que se quiere para el futuro de México. ¿Será recordado el día de hoy como aquél en el que hace 189 años se consumó la independencia o seguirá en el olvido para no “redimir” a Agustín de Iturbide? Y otra, ¿está el gobierno consciente de que en 54 días se festeja el centenario del inicio de la revolución o todo volverá a ser una improvisación?
Y tercero, quizás el más relevante de todos, es que 2010 será recordado como otro año más que se perdió en materia económica. Cierto que la economía crecerá este año a una tasa cercana al 4.5%, pero esto no más que el efecto rebote después de la significativa caída del año pasado. Desde un punto de vista estructural, la economía sigue teniendo las mismas debilidades de los años anteriores, lo que se traduce en que las posibilidades de tener una mayor y sostenida tasa de crecimiento económico son inalcanzables.
Otro año más que se perderá y lo podemos ver con lo que está pasando en el Congreso de la Unión. Un estúpido cobro de facturas entre los diferentes partidos políticos, facturas reales o inventadas, tienen paralizadas y en el olvido, todas las propuestas de reformas al marco institucional, mismas que harían a la economía más eficiente, más productiva. En lo fiscal, el pleito es por un punto del IVA, pero una profunda reforma tributaria ni siquiera se considera. La reforma laboral no va a pasar, como tampoco una más profunda reforma en materia energética y en telecomunicaciones.
2010 será recordado como un año en que mucho podía haber pasado para hacer de México un mejor país pero que fue total y absolutamente desperdiciado.
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